El papel pintado amarillo, de Charlotte Perkins Gilman
Escuchando Deforme Semanal Ideal Total, el podcast con el nombre más raro del universo pero al mismo tiempo uno de los más lindos que hay dando vueltas si te atrae la cultura, me llamó la atención un texto que recomendaron. Se trata de El papel pintado amarillo, un cuento que la escritora feminista Charlotte Perkins Gilman escribió en 1892 y que editó hace poco Alpha Decay.
En este cuento autobiográfico Perkins Gilman relata la historia de una mujer que es llevada a una mansión en el medio del campo por su esposo médico para que se recuperara de un cuadro de depresión posparto. La intención era alejarla de todo lo que pudiera estimularla. No solo de la ciudad, sino también de todas sus personas cercanas.
Todo arranca como un aparente relato de terror, pero las cosas empiezan a volverse demasiado turbias cuando la protagonista sin nombre se obsesiona con un tapiz amarillo que recubre la habitación en la que la obligan a descansar. Ahí es cuando comienza a caer en un espiral terrorífico de locura.
Si bien el relato en sí mismo y la manera en la que la salud de la protagonista se va deteriorando a través de las páginas es realmente brutal, hay muchísimo por detrás.
En El papel pintado amarillo Perkins Gilman no solo critica la obligación del mandato hacia las mujeres, en esa época reducido a tener hijos y a cumplir las tareas del hogar, sino también a la falta de empatía profesional, la imposibilidad de poder expresar su propia identidad, la falta de independencia y la minimización de los problemas de salud mental que, tristemente, resuenan hasta hoy.
No solo es un relato crudo, sino también una crítica bestial y precursora a la opresión de género.
Vivir el presente
Esta semana me crucé con un texto del filósofo Alan Watts que, aunque muchas veces me parezca una falopa estilo Osho, me llegó y creo que habla de cómo vivimos en general todos, de cómo estamos pensando siempre en cómo hacer más y en cómo lograr más sin estar en el presente.
Te lo comparto:
Dios mío, ¿te acordás cuando fuiste por primera vez a la escuela? Fuiste al jardín de infantes. Y en el jardín de infantes la idea era empujar para entrar en el primer grado.
Y después empujar para llegar a segundo grado, tercer grado, y así sucesivamente. Y después llegaba la escuela secundaria y se trataba de una gran transición en la vida.
Y ahora, con más presión, tenés que avanzar. Tener buenas notas y ser lo suficientemente bueno para llegar a la universidad.
Y cuando llegaba la universidad, seguías paso a paso hasta el momento en que estás listo para salir al mundo.
Y entonces cuando salís a ese famoso mundo, viene la lucha por el éxito en la profesión o en los negocios. Y de nuevo, parece haber una escalera delante tuyo, algo por lo que estás luchando todo el tiempo.
Y entonces, de repente, cuando tenés unos 40 o 45 años, en la mitad de la vida, te despertás un día y pensás: "Llegué y me siento más o menos como siempre me sentí. De hecho, creo que me siento un poco engañado".
Porque, sí, te engañaron. Siempre estuviste viviendo para llegar al lugar en el que estás.
Y si bien es de tremenda utilidad para nosotros ser capaces de mirar hacia adelante de esta manera y planificar, no tiene sentido planear un futuro para, cuando llegues a él y se convierta en presente, no estés ahí. Porque vas a estar viviendo en otro futuro que todavía no llegó.
Y así, de esta manera, uno nunca es capaz realmente de disfrutar de los frutos de sus acciones. Porque no podés vivir del todo a menos que puedas vivir plenamente el presente.
The Black Phone
No sé bien por qué en los últimos tiempos empecé a disfrutar un poco más de las películas de terror. Si sale plan de peli con amigos, siempre suelo tirar opciones que vayan para el lado de las comedias o del horror. Es lo que pasó el otro día en casa.
Empezamos la danza de ver trailers para votar por qué película nos quedábamos y terminamos eligiendo The Black Phone, protagonizada por Ethan Hawke y dirigida por Scott Derrickson. La propuse porque Derrickson es el mismo que dirigió The Exorcism of Emily Rose, que vi hace años y amé (amé y me cagué de miedo).
En The Black Phone se cuenta una historia de terror sobrenatural en la que un asesino serial, The Grabber, que rapta niños para encerrarlos en su sótano y, al final, matarlos. En el sótano no hay nada más que un baño y un teléfono negro desconectado.
Uno de los chicos que The Grabber rapta es Finney, criado por su padre borracho y violento. Encerrado en ese lugar mórbido y aterrador, Finney empieza a poder comunicarse a través del teléfono con los otros chicos que The Grabber secuestró y mató. Son esos niños quienes, a través de ese teléfono, empiezan a darle pistas a Finney sobre qué tiene que hacer para poder escapar.
Es una película de terror old school que no tienen jump scares sin sentido y que logra divertirte y atraparte. La relación entre Finney y Gwenny, su hermana, es quizás lo mejor de todo el film.
Quote
“Solo hay una religión, aunque hay cien versiones de ella”.
— George Bernard Shaw
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Poema de la semana
Nirvana
sin mucha elección
y casi sin quererlo,
él era un joven
a bordo de un autobús
que cruzaba Carolina del Norte
rumbo a
algún lugar
y empezó a nevar
y el autobús paró
en un café
sobre las colinas y
los pasajeros
entraron.
él se sentó en el mostrador
con los demás,
pidió y le
trajeron su comida,
que estaba particularmente buena
lo mismo que el café.
La camarera no era
como las mujeres que él
había conocido.
No se hacía la interesante,
un humor natural emanaba
de ella.
El cocinero decía
cosas locas.
El lavacopas,
atrás,
se reía
con una risa
limpia
y placentera.
el joven miraba
la nieve a través de las
ventanas.
Quería quedarse
en ese café
para siempre.
Un curioso sentimiento
lo inundó:
que todo
era
bello
ahí,
que todo permanecería
siempre bello
ahí.
entonces el chófer
avisó a los pasajeros
que ya era tiempo de irse.
el joven
pensó, me voy a quedar
aquí, me voy a quedar aquí.
Pero
se levantó y siguió a
los otros hasta
el autobús.
Encontró su asiento
y miró el café
por la ventanilla.
el autobús arrancó,
dobló una curva,
y fue camino abajo,
alejándose de las colinas.
el joven
miraba
hacia adelante.
Los otros pasajeros
charlaban de otras cosas
leían
o
intentaban
dormir.
no se habían dado cuenta
de la magia.
el joven
puso su cabeza
contra el asiento,
cerró los ojos,
fingió
dormir.
Nada quedaba
sólo escuchar el
sonido
del motor,
el sonido de las
ruedas
en la nieve.
– Charles Bukowski
Outro
Hola, ser del bien. Tanto tiempo. Sí, yo también te extrañé. Te pido perdón por la demora. Es que tuve unas semanas terribles. Primero, como te conté la última edición, me fui a Mendoza. Qué viaje más precioso. Primero estuvimos unos días solos con Maca comiendo y bebiendo en cantidades que siento no son saludables y después llegaron unos amigos con quienes seguimos comiendo y bebiendo de la misma manera.
Es sábado y son las 9 pasadas. Este finde va a ser un poco raro. ¿Viste cuando organizás cosas con muchísimo tiempo de antelación? Bueno, estoy un poco en esa. Hace meses Maca me propuso ir a un 10k en Rosario. Como en ese momento venía corriendo seguido entre 4 y 7 kilómetros cada vez que salía le dije que sí. No me iba a costar demasiado pasar de 7 a 10.
Resulta que en el medio de ese plan nos fuimos a Mendoza, volvimos, vinieron sus papás a Buenos Aires y pasamos un montón de tiempo con ellos, tuve unas semanas laborables repletas de cositas y, bueno, la última vez que corrí fue en Mendoza hace dos semanas.
La carrera es mañana, así que cuando termine de escribir y corregir esta edición tengo que salir de la cama, preparar el bolso, ir a Rosario, pasear un rato, cenar, dormir, correr 10k, comer un asado y volver. Ya estoy cansado, pero después quedan las aventuras y no recordás el cansancio, así que “¡SOLO SE VIVE UNA VEZ!”. La próxima edición te cuento cómo me fue, aunque no te voy a revelar el tiempo de carrera porque con mi casi nulo entrenamiento va a ser desastroso.
Cambiando de tema. Salió la segunda temporada de una de las mejores series de los últimos tiempos: The Bear. Escribí sobre la primera en su momento. Por si no la viste: va de un chef groso mal que vuelve de uno de los mejores restaurantes del mundo a una rotisería de mala muerte en Chicago después del suicidio de su hermano. Si no la viste, te la recomiendo fuerte. La primera temporada está en Star+ y la segunda en Hulu, que no está disponible en Argentina. ¿Qué es eso de lanzarla diferencial por países? Es casi empujarte a que veas contenido de manera ilegal por Stremio. Genios del marketing.
Lo último antes de dejarte en paz. Fred Again es un DJ que me sigue emocionando hasta las lágrimas literal. El otro día vi un live donde escuché el tema “Sabrina (i am a party)”, que habla de la depresión y ansiedad, que me pareció una obra maestra. Para terminar bien arriba, viste.
Ahora sí. Te dejo para que disfrutes de tu domingo. Yo en el momento que recibas el correo voy a estar corriendo. Mandame fuerzas que voy a ser la persona más cansada y transpirada de todo Santa Fe. Paso la gorra y me voy. Si querés colaborar con observando, podés comprarme un cafecito, aportar mensualmente o recomendarlo a quien pienses que puede disfrutarlo.
Gracias por estar.
Axel
Qué bueno que volvieras! Feliz carrera 💪🏽
Muy bueno el blog!!! 😄