“Instrucciones para mi muerte”, de Harry Baker
La mayoría de las veces, cuando elijo un poema para observando, son poemas que suelen gustarme, que me llegan de alguna manera, pero no mucho más. El tema es que hay algunas veces en las que me cruzo con algunos que son gemas. Gemas que brillan y hacen que tengas que sentarte un segundito a recuperar el aliento y secarte los ojos llenos de lágrimas que no terminan de caer. Es lo que me pasó con “Instrucciones para mi muerte”, de Harry Baker.
Lo traduzco:
Instrucciones para mi muerte
Idealmente
quisiera 100 bancos
cada uno de ellos mirando
al mar.Si eso es demasiado
me conformaría con uno
en algún lugar de Margaret
donde puedas venir
y sentarte
y pensar
y ser.Y no necesito una urna elegante
para guardar mis cenizas
solo encuentra un lugar decente
donde haya brisa
así la próxima vez
que alguien se pregunte
cuál es el sentido de la vida
haya una parte de ellos
respirando una parte mía.Y en mi funeral
me gustaría que haya
una cantidad verdaderamente ridícula de girasoles
porque yo también me pasé la vida
buscando la luz
y no veo razón para parar ahora.Usa lo que quieras
si fuera yo usaría zapatillas o botas de lluvia
algo cómodo y colorido
porque como dijo el Profeta Jamie Tartt
los zapatos para vestir son para muggles y para idiotas.Para el cierre
me gustaría que lean el poema de Erin
que habla sobre nuestros momentos finales
quizás este poema también debería ser leído
para dar contexto.Para la música
nada menos que un canto a todo pulmón
de mi canción favorita: "Dynamite", de Taio Cruz.Para la comida
que sea veggie
para tomar
sirvan Negronis
si yo pretendí que me gustaban
ustedes pueden hacer lo mismo.Y no permitan que nadie se disculpe por llorar
es honestamente lo que más me gusta hacer.Solo asegúrense de que todos sepan
cuánto amaba estar vivo.Lo único que amaba más que estar vivo
fue a vos
hablando de eso
si podés
me encantaría que estés ahí.Pero si no podés porque estás muerta
no te preocupes
no es tu culpa
para ser honesto ninguno de los dos
hubiera tenido sentido sin el otro
pienso que morimos juntos
como en un culto.Y si alguien dice que me fui a un lugar mejor
es una mentira muy bien intencionada
porque no puede haber un mejor lugar
que un cuarto con todos mis amigos
solo prométanme que vamos a juntarnos del otro lado.Nota aparte: hagamos un montón de eso antes de que muera.
Y para cuando llegue mi tiempo
quizás odie todo esto
porque viviré por décadas y mi gusto podría cambiar con el tiempo
pero una cosa sé que siempre me resultará increíble
y eso es que es precioso vivir.PD: También hagamos mucho de esto antes de morir.
– Harry Baker
Nada
El otro día me vi sentado en un sillón teniendo que esperar más de una hora. Era una espera inesperada. En teoría la persona que me había citado iba a llegar a las 19 en vez de a las 20. No tenía ni mi computadora para adelantar trabajo ni un libro para matar el tiempo. Sin saber qué hacer, hice lo que siempre: abrí TikTok. El primer video que me apareció fue una escena de Nada, la nueva serie protagonizada por Luis Brandoni. Era una escena donde el protagonista enseñaba cómo hacer lo que él consideraba “la milanesa perfecta”.
La manera en la que se relataba el amor por una comida tan nuestra como la milanesa me resultó conmovedor, así que cerré TikTok, abrí Star+ en el celular y me puse a ver Nada.
La persona que estaba esperando se atrasó todavía más, pero la verdad que no me había dado cuenta hasta que llegó porque mientras tanto me vi tres capítulos al hilo.
Nada cuenta la historia de un crítico gastronómico de Buenos Aires muy famoso. Un tipo culto y reconocido que, si lo sacamos de la cocina, es un inútil absoluto. No sabe hacer las compras, no sabe poner el lavarropas, no sabe manejar, no sabe nada de esas tareas que para la mayoría de los mortales son cotidianas.
Pero si bien esa inutilidad no es un problema en su vida porque tiene a Celsa, mucama que estuvo con él toda la vida, el problema arranca cuando Celsa muere.
Nada me encantó porque me entró por muchos lados. Primero porque muestra a Buenos Aires como lo que es: una de las ciudades más lindas del mundo. Después, porque además de unas actuaciones divertidas, se trata de un show protagonizado también por nuestra gastronomía, la gastronomía de una ciudad cosmopolita, diversa y única que fue incorporando platos de todo el mundo a medida que fue recibiendo con los brazos abiertos a inmigrantes que traían con ellos su cultura.
Nadie piensa que Dios es cool, María Zinn
Hace rato que no me engancho con un libro. No significa que no esté leyendo, pero una cosa es ir avanzando uno o dos capítulos por día y otra es sentarte y sentir que el tiempo pasa sin pesar y uno disfruta mientras avanza página tras página. Nada es tedioso, todo es placer. Como debería ser toda lectura.
El otro día, antes de irme a la casa de un amigo, Maca me dio Nadie piensa que Dios es cool, de María Zinn. "Para el viaje en colectivo", me dijo.
Nadie piensa que Dios es cool es una mezcla entre cuentos, poesía y una autobiografía diseccionada en escenas que van armando un poco la pintura de cómo es la protagonista que tiene una pluma simple pero certera y profundamente graciosa.
El libro de María fue editado por Gigante, una editorial de Paraná, Entre Ríos. Está cosido a mano y no tiene ISBN. Es todo muy casero. Eso, de alguna manera, acerca todavía más los relatos de la autora.
Nadie piensa que Dios es cool, que es precioso desde su título, me encantó como me encantan en general casi todos estos libros de "te estoy contando mi vida a partir de pequeñas escenas". Me pasó con, por ejemplo, Pudimos ser felices, de Rafaela Lahore. Desde la relación con su novio y cómo esa pareja rota no termina de quebrarse hasta cómo el yoga le cagó un poco la vida.
Y si bien Zinn encara sus textos contando, sobre todo, sus desgracias, hay algo en su escritura que tiene un humor único y que no se ve tanto. No es ese humor que tiene intención de hacer reír. Es ese humor que surge un poco de la inocencia y de la desgracia. Un humor que está inmiscuido en su forma de escribir y pensar, en la manera de encarar su vida, en su discurso.
Al ser escenas tan cortas, voy a transcribir dos: la primera se titula "Mi psicólogo quiere darme de baja" y la segunda "What a flagel":
Mi psicólogo quiere darme de baja
Mi psicólogo quiere darme de baja. Creo que perdió toda esperanza en mi caso. La última sesión me dijo: ¿por qué no probás fumándote un porro? Así pretendía solucionar todas mis crisis existenciales. Medio sueldo, durante todo un año, invertido en el psicoanalista más top de Palermo para llegar al mismo consejo que me daría mi hermano.
Ante mi aluvión de reproches, se defendió: pero mi amor, si al fin y al cabo, la terapia es como un gran porro.
Fin de la cuestión, dejé el psicólogo y el porro.
Probé terapias alternativas.
Me inicié en los saberes del calendario chino. Amo eso de los orientales que parecen inmutarse poco por catástrofes cotidianas como la infidelidad, el insomnio o la corrupción, pero tienen una percepción suprema para los detalles, como una infinidad de sabores de té, once nombres de colores más que en occidente y un abecedario con casitas.
La experta en astrología china me explicó que mi caso era muy sencillo. Mi signo era caballo de hierro y el de mi novio, conejo de fuego. Vos, impenetrable, él imparable. No había caso, según ella, la incompatibilidad era absoluta.
A mí me dio orgullo ser un caballo de hierro, pero me decepcionó un poco que mi novio fuese conejo.
Ahora estoy probando terapias más serias.
En los registros akáshicos me hablaron de mis ancestros. Todas las importantes, fueron mujeres.
Percibía un incendio, una casa en el campo y rivalidad hacia los hombres. Al parecer yo me había encarnado para vengar a mis abuelas.
Mi amiga Paula me pidió que pregunte si era posible que en sus vidas pasadas haya sido un animal. Está segura de que en algún momento fue lobo porque tiene una compulsión por morder cosas, especialmente en luna llena. Y dice que quizás un lobo italiano, porque sabe italiano sin haber estudiado. Le expliqué que en Italia no hay lobos y me aseguró que Rómulo y Remo habían sido amamantados por una.
Le dije que es incomprobable saber si fue la fundadora de Roma, y que lo importante son las energías, no los hechos históricos.
Finalmente preferí dejar de consultar expertos y dedicarme a cosas concretas como ir a depilarme y comprarme un microondas.
***
What a flagel
Mi papá cree que habla inglés. Le inventó un apodo a mi mamá en honor a lo mandona que es: "What a flagel", léase "qué flagelo", como si criticarla en spanglish fuese más elevado.
De su invento derivaron otros términos como "whatismo" o "la whata", que mis hermanas y yo incorporamos para quejarnos del mandato materno.
Este verano, volvimos los cinco de Villa Pehuenia, 1.600 kilómetros juntos en un Ford Galaxy del ‘94. Antes de salir mamá empezó con su whatismo a mandonear a todos. Cuando se pone en ese modo es imposible decirle que no. Incluso el conserje del hotel terminó ayudando a cargar el auto con nosotros mientras mamá se sacaba las cutículas de las uñas.
Una vez en la ruta nos burlamos de mamá porque ya no podía darnos más órdenes. Ella se calentó y prohibió el apodo "What a flagel" por el resto de la temporada.
Llegando a Cutral Co, el auto empezó a hacer un ruido horrible y tuvimos que frenar. El chapón de adelante se había soltado. Preguntamos por un taller, pero eran las tres de la tarde de un sábado y estaban todos durmiendo la siesta o de picnic. Al final nos indicaron un taller con un almacén, cuyo dueño vivía al lado.
Llegamos y el taller obviamente estaba cerrado. Se bajó What a flagel a hacer de las suyas y se puso a aplaudir porque no había timbre. Del segundo piso se asomó una señora en camisón y mamá inmediatamente empezó a explicarle la catástrofe que nos acontecía. La señora, espantada por la verborragia de mi madre, se escabulló hacia atrás y mandó a su marido al frente.
Un hombre canoso, de unos cincuenta años, apareció sin camisa y le explicó a mi madre que hacía diez años que ya no trabajaba como mecánico, que no tenía herramientas y que además estaba almorzando con su señora, viendo la pelea de la Hiena Barrios. Mi vieja seguía plantada bajo la ventana, insistiendo en que solo necesitábamos una ayudita y un alambre para atar el chapón.
El pobre hombre terminó bajando, creo que para volver a explicarle a mamá por qué no podía ayudarnos. Papá ya se disculpaba, le agradecía y emprendía la retirada, pero mi vieja no pensaba darse por vencida. Ahora que había salido a la calle, era pan comido.
Héctor Leiva terminó tirado en el cemento, panza arriba, ejerciendo un oficio que hace diez años había preferido abandonar. Nos ató el chapón con un alambre y una soga y ni siquiera aceptó la propina que intentó darle mi viejo, más por haber calmado a mamá que por haber arreglado el auto. Nos contó que había cerrado el taller porque sus hijos ya estaban en la universidad y él "había cumplido". Nos deseó buen viaje y salió corriendo a ver el final del tercer round de la Hiena.
De vuelta en la ruta mamá se jactó de que su whatismo nos había salvado, pero le ordenó a mi viejo que se deshaga de esa "soga mugrienta" lo antes posible, no vaya a ser que la viesen dando vueltas con eso por la capital.
Quote
“La experiencia no es lo que le pasa a un hombre; es lo que ese hombre hace con lo que le pasa.”.
— Aldous Huxley
Outro
Hola, ser del bien, ¿cómo va? Yo super. Acá son poco más de las siete de la mañana y me desperté para terminar observando. No me costó mucho despertarme y ponerme a escribir porque ayer con Maca decidimos quedarnos en casa y no hacer nada de nada. Nos cocinamos rico y nos fuimos a acostar temprano. Queríamos descansar después de una semana matadora. Empezamos Jury Duty, esa serie que crearon los mismos que hicieron The Office, pero vimos solo un episodio así que todavía no sé qué onda.
El otro día estaba aburrido sin saber qué hacer y se me ocurrió pedirle a GPT que me hiciera un programita en Python. Yo le daría los mejores 100 discos de la historia de la música que saqué de una lista que prepararon los editores de Consequence of Sound, una revista de música que está dando vueltas hace años y que respeto bastante, y el script debería recomendarme uno de manera aleatoria cada vez que lo ejecutara.
La regla es que no puedo saltarme ninguno de esos 100 discos y tengo que escucharlos de principio a fin. Por ahora escuché unos 30 y ya puedo decir con seguridad que The Doors no me gusta, que los Stones son lo más grande que hay y que no se puede creer la cantidad de hits que tiene Thriller. Si querés el script, avisame y te mando el archivo.
Sigo corriendo como un campeón. Estoy contento porque una de las metas que tenía cuando recién había arrancado hace un par de meses era bajar los 60 minutos en 10k. No es una marca demasiado ambiciosa, pero es una que yo nunca había podido superar. Y el otro día, un domingo cualquiera en uno de los fondos que salí a hacer, lo logré. Esas pequeñas victorias que te hacen feliz. Ahora a por esos 21k.
Como siempre te digo, si te gusta lo que hago en observando y querés colaborar, podés hacerlo mensualmente, comprándome un cafecito o recomendándolo a quien vos consideres que pueda gustarle.
Te mando un abrazo y gracias por estar del otro lado siempre.
Axel
Yo quiero el script!!! 😊